|
|
|
La doncella llevaba ya una semana de vagar sola por el bosque mientras trataba de subsistir comiendo frutas e insectos y bebiendo agua de manantiales de cristalinas aguas sulfurosas, pero por más que bebiera o tomase, su sed y su hambre no cesaban, caminando durante las noches y durmiendo en las frescas mañanas sentía que su cuerpo no sobreviviría, desde su segundo día había ya notado que de todo su cuerpo salían líquidos y flujos espesos además del espantoso hedor que la acompañaba, eso fue de los más insoportable en su travesía, al tercer día se trato de bañar en el primer manantial que vio pero la piel solo se le empezó a caer y el olor empeoraba a cada minuto que pasaba, al cuarto día le faltaban tres dedos del pie izquierdo y dos del derecho, en sus manos solo quedaron cuatro para la derecha y dos para la izquierda, su pelo se caía y áreas en su cráneo se encontraban cundidas de moscas, áreas sin piel; le salía sangre de los ojos y de los dientes solo le quedaban cinco y sus colmillos, de sus pechos antes bien formados ahora solo permanecía el derecho y el izquierdo escurría un líquido viscoso y negro que consiguió colgárselo hasta ubicar su pezón al nivel del ombligo. Al quinto día ya no veía más manantiales así que cuando vio un murciélago, lo atrapó, le arrancó la cabeza y, alzando lo que quedaba de su mano derecha, guió hasta sus labios la poca sangre que se podía obtener de ese animal, pero antes de poder tocar la primera gota de sangre un búho pasó y le tiró el cadáver de animal al suelo, la despiadada alma notó que al dejar caer el animal algo de su sangre quedó plasmada en su brazo y al voltear a verlo ya no tenía nada, nada de líquido, nada de llagas, nada de pestilencia… además descubrió que ya no tenía tanta sed ni tanta hambre y sus energías crecieron. Con el resto de animal se pasó la sangre por el otro brazo y se preparó para poder atrapar más, hizo una trampa y obtuvo al menos trece murciélagos, se dio baño de sangre usando las fieras una a una quedaba uno y su cuerpo ya estaba completamente regenerado pero quiso más y al momento que le iba a degollar una voz en su mente la paralizó y le dijo en voz macabra y segura: “Hijo mía, has descubierto que para sobrevivir necesitas sangre pero nunca te rebajes comiendo más de doce cadáveres, no importa el tamaño que en una noche no sean más de trece o tendrás que enfrentarte con la majestad que domine esa especie, no hagas falta de mis palabras y ya no tomes a ese animal déjalo volar, refúgiate y duerme, hoy no caminarás; mañana por la noche el animal volverá a ti y te señalará el que camino que debes de seguir…”. La doncella desconcertada interrumpió la voz y le preguntó: “¿Seguir? ¿Para ir a dónde? ¿Para hacer qué?”. La voz se calmó y mientras sentía alejar decía: “La noche te espera…”
By “Apocalyptic Queen”
The Gothic Muffin · Thu May 17, 2007 @ 06:42pm · 0 Comments |
|
|
|
|
|